domingo, 5 de abril de 2015

EL AGUA


El agua es una sustancia cuyas moléculas están compuestas por un átomo de oxígeno y dos átomos de hidrógeno, H2O. 
Existe en la Tierra en tres estados: sólido (hielo, nieve), líquido y gas (vapor de agua). 
Cuando se formó, hace aproximadamente cuatro mil quinientos millones de años, la Tierra ya tenía en su interior vapor de agua.
En un principio, era una enorme bola en constante fusión con cientos de volcanes activos en su superficie. El magma, cargado de gases con vapor de agua, emergió a la superficie gracias a las constantes erupciones. Luego la Tierra se enfrió, el vapor de agua se condensó y cayó nuevamente al suelo en forma de lluvia.
Se denomina agua dulce aquella que, a diferencia del agua de mar o el agua salobre, se encuentra de manera natural en forma líquida en la superficie terrestre, en ríos, lagos o lagunas; bajo ella, en calidad de aguas subterráneas; o en estado sólido, como capas de hielo, icebergs o glaciares. Lo que distingue el agua dulces su baja concentración de sales y sólidos disueltos, y su escaso o nulo sabor, aunque sí incluye las aguas ricas en propiedades minerales.
El agua potable es aquella que es apta para el consumo humano, debido a que no supone riesgo alguno para la salud. El acceso al agua potable constituye uno de los problemas más importantes a nivel mundial, pues decenas de países poseen una gran parte de su población en situación de extrema pobreza y sin acceso adecuado al vital líquido, mientras que otras naciones, que han implementado una serie de políticas responsables en torno al tema del agua, su control y tratamiento, han logrado garantizar a sus ciudadanos en buena medida su acceso al agua potable
Las aguas residuales (también conocidas como aguas servidas, negras, fecales o cloacales) son aquellas que se encuentran contaminadas por diversos tipos de desechos, como excrecencias humanas, desprecios orgánicos, suciedad y basura en general, provenientes de viviendas, poblaciones y de la industria. Este tipo de aguas, generalmente, ya fueron aprovechadas en su uso y no son reutilizables de manera inmediata. En este sentido, requieren ser sometidas a un tratamiento adecuado para volver a ser aptas para su utilización. Un apropiado control y tratamiento de aguas residuales es fundamental para mantener los niveles de contaminación al mínimo.
Como agua subterránea se designa aquella que se encuentra debajo de la superficie continental, en el subsuelo, alojada en los acuíferos. Como tal, puede ocupar poros o grietas de ciertos tipos de suelos o rocas que la absorben como una esponja, o puede encontrarse recorriendo galerías o cavidades subterráneas. Es una fuente fundamental de abastecimientos de aguas dulces.
El agua salobre es aquella cuya proporción de sales disueltas es mayor a la del agua dulce, aunque menor que la del mar, en un rango que oscila entre los 500 miligramos y los 30 gramos de sal por cada litro. En este sentido, su contenido en sales es superior de aquel aconsejable para el consumo humano, para la agricultura o para usos industriales. Por lo general, la podemos encontrar en zonas de encuentro de aguas fluviales y marinas, como los estuarios de los ríos.

Océanos, ríos, nubes y lluvia están en constante cambio: el agua de la superficie se evapora, el agua de las nubes precipita, la lluvia se filtra por la tierra y sin embargo, la cantidad total de agua en el planeta no cambia. 
La circulación y conservación de agua en la Tierra se llama ciclo hidrológico, o ciclo del agua. 
El fenómeno conocido como ciclo del agua es aquel que hace que el agua vaya transformando sus estados en diferentes momentos para mantenerse siempre como uno de los elementos más importantes del planeta. 
El ciclo del agua sucede a partir de la interacción de reacciones químicas con reacciones biológicas y geográficas. Sin el ciclo de agua los seres humanos no podrían acceder a este elemento natural ya que se volvería un recurso agotable estando en un sólo estado y no recreándose una y otra vez.
El ciclo hidrológico comienza con la evaporación del agua desde la superficie del océano. A medida que se eleva, el aire humedecido se enfría y el vapor se transforma en agua: es la condensación. Las gotas se juntan y forman una nube. Luego, caen por su propio peso: es la precipitación. Si en la atmósfera hace mucho frío, el agua cae como nieve o granizo. Si es más cálida, caerán gotas de lluvia.
Una parte del agua que llega a la tierra será aprovechada por los seres vivos; otra escurrirá por el terreno hasta llegar a un río, un lago o el océano. A este fenómeno se le conoce como escorrentía. Otro poco del agua se filtrará a través del suelo, formando capas de agua subterránea. Este proceso es la percolación. Más tarde o más temprano, toda esta agua volverá nuevamente a la atmósfera, debido principalmente a la evaporación.
Al evaporarse, el agua deja atrás todos los elementos que la contaminan o la hacen no apta para beber (sales minerales, químicos, desechos). Por eso el ciclo del agua nos entrega un elemento puro. Pero hay otro proceso que también purifica el agua, y es parte del ciclo: la transpiración de las plantas.

Las raíces de las plantas absorben el agua, la cual se desplaza hacia arriba a través de los tallos o troncos, movilizando consigo a los elementos que necesita la planta para nutrirse. Al llegar a las hojas y flores, se evapora hacia el aire en forma de vapor de agua. Este fenómeno es la transpiración.



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